MAGDALENAS DE MANZANAS
Unas deliciosas magdalenas con trocitos de manzanas
Ingredientes (¡2 unidades):
220 grs. de harina leudante.
150 grs. de harina.
1 ½ cdta. de polvo Royal (polvo de hornear-levadura
química).
150 grs. de manteca (mantequilla).
3-4 manzanas verdes.
6 cdas. de azúcar.
3 cdas. de miel.
2 huevos.
170 c.c. de leche.
1 cdta. de nuez moscada.
1 cdta. de canela molida.
1 cdta. de canela molida.
Preparación:
Precalentar el horno a 200ºC.
Enmantecar un molde múltiple para magdalenas, o colocar
dobles, moldes para magdalenas de papel, y acomodarlos en una bandeja para
horno.
Tamizar en un bol, las harinas, el polvo Royal, la canela, y
la nuez moscada.
Pelar las manzanas, partirlas al medio, quitarles las
semillas, y el corazón, y cortarlas en trocitos.
Calentar en una sartén pequeña, la manteca, y la miel, a fuego
mínimo, revolviendo continuamente, con una cuchara de madera, hasta que la
manteca se funda, y apagar el fuego.
Batir los huevos, en un recipiente, agregar 3 cucharadas del azúcar, la leche, la manteca, la miel, y los trozos de manzanas, mezclar con una cuchara de madera.
Añadir los ingredientes secos tamizados, mezclar suavemente, hasta integrarlos, sin batir demasiado, debe quedar una textura grumosa.
Rellenar los moldes preparados, de a cucharadas, hasta un poco más de la mitad, espolvorearlos con el azúcar restante, y llevarlos al horno.
Hornearlos durante 20-25 minutos (depende del horno), verificar con un palillo que estén cocidos, y retirarlos.
Batir los huevos, en un recipiente, agregar 3 cucharadas del azúcar, la leche, la manteca, la miel, y los trozos de manzanas, mezclar con una cuchara de madera.
Añadir los ingredientes secos tamizados, mezclar suavemente, hasta integrarlos, sin batir demasiado, debe quedar una textura grumosa.
Rellenar los moldes preparados, de a cucharadas, hasta un poco más de la mitad, espolvorearlos con el azúcar restante, y llevarlos al horno.
Hornearlos durante 20-25 minutos (depende del horno), verificar con un palillo que estén cocidos, y retirarlos.
Pasarlos cuidadosamente, con una espátula, sobre unas
rejillas metálicas, y dejarlos enfriar.
Una vez fríos acomodarlos en una bandeja.
Servirlos a temperatura ambiente.