RAVIOLES DE ESPINACA
Unos riquísimos ravioles de espinacas caseros
Ingredientes (6 personas):
400 grs. de harina común.
2 huevos.
1 cdta. de sal.
Agua fría cant. nec.
Para el relleno.
Ingredientes:
½ kg. de hojas de espinacas.
1 cebolla mediana.
2 dientes de ajo.
2 o 3 cdas. de aceite de oliva.
2 huevos.
150 grs. de queso Parmesano.
½ cdta. de nuez moscada rallada.
Sal y pimienta a gusto.
Varios:
Salsa a su elección.
Queso rallado.
Preparación:
Colocar la harina sobre la mesa o mesada, esparcir la sal sobre la harina, hacer un hueco en el centro, echar los huevos en el centro, verter un poco de agua, mezclar con un utensilio, ir integrando la harina de alrededor, agregar agua a medida que haga falta hasta incorporar toda la harina, amasar hasta formar un bollo.
Seguir amasando hasta conseguir una masa lisa y elástica, dejar reposar; sobre la mesa enharinada y tapada, con un trapo de cocina (repasador) limpio y seco, durante 1 hora.
Preparación del relleno:
Rallar el queso Parmesano, colocarlo en un cuenco o quesera.
Lavar las hojas de espinacas, colocarlas en una olla, con apenas de agua; hasta que pierdan la rigidez, escurrir, dejar entibiar, y apretar con las manos, para quitarles el excedente de agua, picarlas y reservar.
Pelar y picar, la cebolla, y los dientes de ajo; por separado.
Calentar el aceite en una sartén, incorporar la cebolla picada, rehogar hasta que esté transparente, añadir los ajos picados, revolver con una cuchara de madera, y saltear unos minutos, sin que lleguen a dorarse.
Agregar las espinacas picadas, el queso rallado, los huevos, condimentar con la sal, la pimienta, y la nuez moscada rallada, revolver bien, y dejar cocer unos 15-20 minutos, removiendo de tanto en tanto.
Apagar el fuego, y dejar enfriar.
Dividir el bollo de masa por la mitad, estirar cada parte hasta conseguir un grosor de 2-3 mm.
Colocar el relleno con la ayuda de una cuchara, distribuirlo en hileras; con una separación de 2 cm entre una porción y la otra.
Tapar con la otra masa, cerrar cada porción de relleno, apretando con las puntas de los dedos (de manera que quede bien cerrado); cortar con la ruedita (o con un cortapasta), distribuirlos separados sobre la mesada, espolvoreada con harina, y
esparcir un poco de harina por encima, reservar.
Calentar abundante agua, en una olla grande, con un puñado de sal gruesa; llevarlo al fuego fuerte, cuando llegue a punto de ebullición, echar los ravioles, y bajar el fuego a moderado.
Cocerlos hasta que suban a la superficie, retirarlos, escurrir ; colocar en una fuente, y bañarlos con una salsa a su elección.
Servir calientes, acompañar con queso rallado, para que cada comensal se sirva a su gusto.
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